Reloj de bolsillo Roamer

 Meyer & Studeli

Más conocida como MST, Meyer and Studeli es una corporación relojera con sede en Suiza que fue creada en 1888.

MST es el dueño de marcas como Soleure, Fémina y también de las más conocidas Medana y Roamer. En general sus productos ocupan la gama media-baja del mercado siendo Roamer la marca elegida para mostrar sus creaciones de mayor calidad.

Roamer con movimiento MST 238

Se trata de un reloj de bolsillo tipo cara abierta Lepine y agujas de pera con un movimiento de carga manual producido en 1934.

Es una pieza de buena calidad cuyas características son equiparables a las de otras marcas generalistas de la época.
La traducción literal de Roamer sería vagabundo pero, teniendo en cuenta las connotaciones negativas que tiene esta expresión en español, quizá sería más adecuado traducirlo como nómada o trotamundos.


La máquina está en muy buen estado, sin signos de oxidación ni partes rotas a pesar de no contar con protección contra golpes. Es un movimiento de carga manual con 15 rubíés, el estandar de la época, que se mueve a 18.000 alternancias por hora. La tapa trasera muestra las típicas inscripciones que realizaban los relojeros con motivo de una reparación o de una revisión rutinaria. En la mas antigua de ellas puede leerse "Polo 17-1-1941" y quizá haga referencia a su primer propietario.


La tecnología disponible en la época y las soluciones adoptadas pueden resultar sorprendentes al contemplarlas desde la óptica actual. Por ejemplo, ese color azulado de las agujas es el resultado de la técnica de azulado a fuego que consistía en calentar las agujas por encima del rojo vivo para después sumergirlas en aceite frío. De esta forma se consigue un pavonado de color azul que las hace más resistentes a la oxidación además de hacerlas estéticamente más interesantes.


Una vez retirada la esfera queda a la vista el sello del fabricante MST con el número 238 grabado de forma bastante tosca que identifica el modelo en concreto.


El reloj no funciona y la cuerda está a tope y, aunque esto suele ser un síntoma de eje de volante roto, en este caso se trata de simple suciedad y grasa reseca obstruyendo el mecanismo. Será por tanto necesario desmontar el reloj pieza por pieza para limpiarlo y lubricar aquellas partes que lo necesitan.


Generalmente lo primero que se desmonta es el volante porque es la pieza más delicada y también la más cara y difícil de reparar.
En este caso se trata de un volante con 14 tornillos de compensación en todo su perímetro cuya finalidad es hacer que el volante oscile más rápido o más lento según si los tornillos se aprietan o aflojan. También se pueden compensar pequeños defectos de fabricación apretando o aflojando los tornillos de una zona concreta para mejorar el isocronismo.
El resorte doblado en espiral es una lámina de acero templado con un grosor cuatro veces inferior al de un cabello humano y gracias a su elasticidad el volante oscilará 18.000 veces cada hora haciendo la misma función de un péndulo en un reloj de pared.


En la imagen superior se puede observar el lugar que ocupa el volante en la máquina conformando, junto con el áncora, el "órgano regulador" cuya función es controlar y dosificar la fuerza que se transmite desde la cuerda a través de las diferentes ruedas. De no ser por el órgano regulador la cuerda escaparía de forma brusca como sucede en un juguete de cuerda y se agotaría en unos segundos.


En cada una de sus oscilaciones, el volante impacta con el áncora y esta libera un diente de la rueda de escape haciendo que el segundero avance a pequeños intervalos.


La imagen anterior muestra lo que se conoce como rodaje, es decir, el conjunto de ruedas que transmite la fuerza del muelle real o cuerda hasta el volante cuyas oscilaciones regulan el funcionamiento. A medida que nos alejamos del muelle real el par de fuerza es cada vez más debil y por esa razón cualquier obstáculo como la suciedad o la grasa reseca hacen que el reloj se detenga.


Aquí se muestra un ejemplo perfecto de un rubí repleto de suciedad y grasa reseca. La finalidad de los rubíes es evitar el desgaste que produce el giro contínuo de los ejes de las ruedas. El rubí o coríndón rojo es casi tan duro como el diamante y es una solución que todavía se usa en los relojes mecánicos que se fabrican en la actualidad.


Una vez limpio se puede apreciar además que el rubí está tallado con forma de embudo de forma que pueda contener en su interior una minúscula gota de aceite minimizando además la zona de contacto con el eje de la rueda que es de acero.


El muelle real, también conocido como cuerda, es un resorte que se enrolla sobre si mismo cuando accionamos la corona del reloj. En esta época se trata de una fina lámina de acero templado que suele perder sus propiedades de elasticidad con el tiempo lo que se traduce en menor fuerza, menor reserva de marcha (el reloj se para antes si no le damos cuerda) y merma de la precisión. Como cada resorte tiene unas medidas  e incluso una aleación concretas sólo se puede sustituir por el adecuado lo que no suele ser ni fácil ni barato.


Al extraerlo del cubo, barrillete o tambor (pues de las tres formas se puede denominar) un resorte en óptimo estado debería estirarse haciendo una forma de S mayúscula.


Una vez que todas las piezas están limpias y secas se vuelve a montar el reloj en orden inverso colocando en último lugar el volante.


Si bien es cierto que la tecnología disponible en los años treinta del pasado siglo era muy limitada no deja de sorprender que se pudieran fabricar de forma seriada objetos de precisón tan pequeños, con formas tan caprichosas y sometidos a tolerancias mínimas. La rueda de escape de la foto anterior es uno de los ejemplos más bellos de esta difícil combinación de técnica y artesanía.


El áncora, en la imagen junto a la punta de un alfiler como elemento comparativo, es otra pieza cuya compleja forma hace difícil creer que haya sido fabricada en un taller hace casi 100 años. En este caso además, los dos rubies engastados en los cuernos no son rojos si no transparentes por tratarse de un tipo de corindón más proximo por composición al zafiro. No obstante los fabricantes reservaban los corindones rojos o rubies a las zonas visibles porque se había convertido en un estándar de calidad aunque a efectos prácticos son idénticos.


Finalmente, además de la limpieza y el engrase, ha sido necesaria una intervención en la espiral por un defecto de planimetría y enderezar el registro de la raqueta. Por otro lado, como el reloj tiene tendencia a atrasar, ha sido necesario regular la marcha modificando la longitud aparente de la espiral hasta conseguir un más que aceptable retraso de 30 segundos al día.


Un modesto Roamer listo para funcionar otros 100 años y el único objeto que hay en tu casa que usó tu abuelo y que podrán usar tus nietos. ¿Puedes decir lo mismo de tu Iphone?.

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