Ricoh Medallion. El "Made in Japan" desconocido

La corporación japonesa Ricoh además de cámaras de fotos y fotocopiadoras, también fabricó relojes mecánicos, eléctricos y de cuarzo aunque a una escala muy inferior a Seiko y Citizen. No obstante, Ricoh no se rindió fácilmente. Tras intentarlo con los modelos mecánicos se embarcó en una aventura empresarial con Hamilton produciendo relojes eléctricos para el mercado japonés pero el resultado no fue el esperado y sólo duro tres años. Posteriormente intentó competir en el floreciente mercado de los cuarzo con su línea Riquartz pero las mentes de los consumidores ya había sido conquistadas por Seiko y Citizen. 


Por tanto, no se puede comparar a Ricoh con los otros dos gigantes coetáneos pero en su defensa cabe apuntar que era una manufactura con movimientos propios con algunas soluciones singulares como veremos a continuación. En lo que no siempre fue tan original fue en sus diseños como es el caso de este Medallion que copia fielmente al Rolex day-date.

El reloj no funciona, no carga cuerda y tampoco se puede poner en hora. Se aprecian impactos en el cristal, el dial evidencia suciedad y algún que otro rasguño y la aguja minutera está suelta.


El calendario semanal está atascado entre dos días y el mensual no se muestra en la ventana situada a las 3.


Los grabados de la tapa trasera casi han desaparecido de lo que podemos deducir que el reloj, que data de los años 70, ha tenido un uso intensivo.


En el interior nos topamos con un movimiento automático con carga unidireccional que admite carga manual y añadimos la tija suelta a la lista de averías.




Retirando agujas y dial se accede a los discos de calendario y se observa que el semanario está descolocado tapando los días del mes. Este tipo de calendario, en el que los días de la semana aparecen con el nombre completo, fue bastante popular pero adolece de un problema de diseño ya que los días con un nombre más largo necesitan un tipo de letra más pequeña lo que dificulta la legibilidad.



Al retirar el disco del semanario se accede al mecanismo implicado en su funcionamiento. Marcado con una flecha roja, el resorte que mantiene el calendario centrado y que, posiblemente, es lo que estaba descolocado.

Marcado con una flecha verde, la rueda que, girando una vez cada 24 horas, hace que avancen los días de la semana.



En su parte posterior, el disco cuenta con una estrella de 7 puntas, una por cada día de la semana, con la que interactúan las dos piezas señaladas.


Tras levantar el disco del datario, se observa que a la rueda de horas, de color dorado y en el centro de la imagen, le faltan varios dientes por lo que habrá que reemplazarla. Afortunadamente, la razón de que la tija esté suelta no obedece a ninguna pieza rota si no a que el tirete y su resorte están descolocados.


Esta imagen nos permite acceder al mecanismo de cambio rápido del datario que, en este caso, se hace tirando repetidamente de la corona hasta la tercera posición.

También podemos observar el cambio en la posición del tirete y su resorte respecto a la foto anterior ya que han sido adecuadamente colocados para comprobar su funcionamiento.


En el lado opuesto nos encontramos con el módulo de carga automática formada por dos diminutas ruedas gemelas que reciben el impulso del rotor transmitiéndolo al rochete mediante tres ruedas suplementarias.

No es un sistema especialmente sencillo pero parece funcionar bien y su montaje tampoco ofrece dificultades. 




El rodaje muestra una disposición muy tradicional, incluso algo desfasada para la época como una rueda de centro que, precisamente, ocupa el centro del movimiento





Lo más singular es que el áncora está dispuesta lateralmente, en vez de en línea recta respecto a la rueda de escape como era habitual en el hegemónico escape suizo. Esta solución, típica de la relojería inglesa, no la encontraremos en ningún otro reloj de producción masiva. Además, la forma del áncora también es diferente a la tradicional suiza ya que el tenedor está directamente unido una de las palas donde se ha practicado un orificio que, junto con el pasador que lo atraviesa, hace innecesarios los postes de limitación.

El movimiento está repleto de suciedad provocada por la degradación de los lubricantes mezclados con el polvo y la humedad que, inevitablemente, acaban por penetrar en el interior del reloj.






El antes y el después del barrilete es un buen ejemplo de lo que puede conseguir una buena limpieza.

Para ello es necesario extraer primero el muelle real de su alojamiento tomando buena nota del sentido de giro de sus espiras. 



Si por error lo instalamos con el sentido de giro cambiado, en el momento de cargar cuerda se partirá.










Al final, sólo ha habido que reemplazar la rueda de centro y afortunadamente los recambios son abundantes y baratos aunque no suelen provenir de Japón si no de India.


Si fuera un smartphone lo llamaríamos modelo de entrada. Sólo 18.000 alternancias por hora frente a las 21.600 habituales en la época, con una reserva de marcha de tan sólo 37 horas que, sorprendentemente, tampoco se ve beneficiada por esta circunstancia. Un diseño icónico que es una copia hasta en la forma de los índices y las agujas...
En el haber, tenemos el hecho de tratarse de la manufactura japonesa más desconocida con un calibre con soluciones únicas como el áncora lateral.

Coste total de la recuperación y trabajos realizados

Precio del reloj                             15 euros
Repuestos: Rueda de horas

Trabajos: Desmontaje total
                Limpieza
                Lubricación
Reloj donante:                              10 euros
6 horas de mano de obra

Coste total de la recuperación  25 euros 


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