Lecoultre reserva de marcha calibre 481

 Jaeger, Lecoultre y Jaeger Lecoultre

Actualmente, en el mercado de segunda mano se pueden encontrar relojes bajo estas tres marcas y, frecuentemente, se suelen anunciar como la misma cosa pero no lo son en absoluto.
Haciendo un breve resumen histórico, Jaeger y Lecoultre se fusionaron a principios del siglo XX dando lugar a la actual JLC. Posteriormente, en los años 70 aparece una escisión del grupo, bajo el nombre de Jaeger, dedicada a la fabricación de instrumentación de automóviles que, con el tiempo también llega a fabricar relojes de pulsera de baja calidad. Estos últimos no tienen nada que ver con "La Maison".
Caso distinto y mucho más complejo es el de los relojes marcados únicamente como Lecoultre para el mercado americano en torno a los años 50 del pasado siglo al que pertenece la pieza que hoy presentamos.

Lecoultre 481 con indicador de reserva de marcha


Estamos ante un Lecoultre de los años 50 fabricado para el mercado americano a través de un grupo empresarial gestionado por el grupo Longines-Wittnauer, propietario también de Vacheron. En la Red pueden encontrarse multitud de documentos que atestiguan la relación entre todas las marcas, desde la publicidad de la época hasta los manuales técnicos.



Lecoultre faclitaba todo menos la caja y los relojes llegaban a USA en un kit que normalmente incluía el movimiento, el dial y las agujas mientras que caja, corona y cristal se fabricaban en la industria local.


El interior de la tapa da fe de esta circunstancia así como de otras características propias del mercado americano: preferencia por el oro en lugar del acero, tamaños algo más pequeños y diseños de caja más modernos y arriesgados. Digamos que el mercado del reloj de pulsera para hombres estaba en USA más orientado hacia el reloj joya que hacia el reloj herramienta.


El movimiento cuenta con todos los sello propios y habituales de los JLC de la época, además del código VXN en el puente del volante que identifica a Vacheron como importador para USA. La razón de esta confusa situación empresarial es que existían importantes limitaciónes tanto a la importación como leyes anti monopolio referidas al mismo sector lo que llevaba a utilizar triquiñuelas legales para poder introducirse en el jugoso mercado americano. Otra prueba de como esa ingeniería empresarial trataba de eludir los controles es que en la misma época llegaron a venderse relojes fabricados en la Unión Soviética ensamblados en las Islas Vírgenes bajo marcas aparentemente inofensivas como Timetone.
Si preguntamos a la actual JLC sobre el pedigrí de los Lecoultre del mercado USA nos dirá que no sabe de qué estamos hablando y que se limitó a facilitar movimientos a un tercero. Mi opinión es que los Lecoultre son relojes de "La Maison" con el único demérito de que las cajas suelen ser de mucha peor calidad.

La reparación 

Como es habitual el reloj no funciona, el segundero está suelto sobre la esfera y, en breve, descubriremos otra sorpresa.


En efecto, el indicador de reserva de marcha está a medio restaurar ya que le falta la media luna de color rojo. Además la impresión se ha hecho justo al revés de tal forma que cuando el reloj ha agotado la reserva muestra que está a tope de carga y viceversa. 


A la izquierda nuestro disco y a la derecha uno con la impresión correcta. Para añadir más confusión, el restaurador  ha intentado compensar su error de añadiendo  un 6 junto al cero y ahora parece que el reloj tiene 60 horas de reserva cuando realmente son 40.
Lógicamente siendo el indicador de reserva de marcha algo distintivo de este reloj y siendo además uno de los primeros de la historia en mostrar esta complicación, habrá que buscar alguna solución.

Dibuja, recorta y colorea

Tan fácil como hacer un trabajo escolar mientras nos tomamos la merienda.


La rueda de la que se ha borrado la impresión errónea junto al nuevo diseño en papel de calca al agua.


Transferida al soporte cuidando de que la posición sea la correcta.


Coloreado con un simple rotulador rojo.


El nuevo indicador de reserva de marcha instalado. Si lo comparamos con una restauración profesional el resultado es muy básico pero, habida cuenta de que la ventana de visualización es minúscula, el resultado es bueno. Eso o comprar un repuesto por 100 euros.

El movimiento Lecoultre 481


El resto del movimiento no ha presentado ningún problema que no sea suciedad y aceite reseco. Bien construido y robusto aunque sin excesivas concesiones a la estética. Según algunos expertos la competencia en el mercado americano era muy dura porque Hamilton, sin ir más lejos, estaba un peldaño por encima de las marcas suizas.

Se trata de un movimiento de carga manual y automática mediante un mecanismo de martillo habitual en los primeros relojes automáticos que posteriormente sería sustituido por el más eficiente sistema de rotor de 360 grados. No obstante es un sistema bastante eficiente y, además, siempre es agradable sentir el golpeteo contra los muelles cuando se lleva el reloj puesto.


A destacar el complejo sistema mecánico asociado a la reserva de marcha que, posiblemente, es el primero montado en un reloj de pulsera ya que en los relojes de bolsillo existía desde mucho antes.


El áncora es una buena muestra del buen hacer de Lecoultre. Sólo podemos maravillarnos de que, con la tecnología de la época, se pudiera fabricar un objeto tan pequeño, con mínimas tolerancias y además con todos sus ángulos primorosamente biselados. Para los no expertos, las dos piezas rojas con aspecto de piedra preciosa son precisamente eso, dos corindones rojos.


Terminado a la espera de algún retoque estético en caja y cristal.

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