Vostok 2416 con problema en el órgano regulador

 El órgano regulador: el cerebro del reloj mecánico

Al escuchar la expresión órgano regulador muchos pensarán en alguna especie de entidad supra nacional encargada de la supervisión de un área política o económica de especial interés.
Un ente superior que administra, modera y supervisa con severidad su área de competencia.
El órgano regulador de un reloj mecánico, compuesto por la rueda de escape, el áncora y el volante, es quien pone armonía y orden en un sistema que, en su ausencia, solo es caos.

Vostok 2416

Nuestro espécimen muestra un comportamiento muy llamativo ya que, cuando carga cuerda, las agujas giran a gran velocidad hasta el punto de que el segundero se hace prácticamente invisible.


El órgano regulador no puede cumplir su función de dosificar la fuerza del muelle real y por eso el reloj agota la reserva de marcha en segundos. Una máquina de precisión queda reducida al nivel de un juguete de cuerda que agota su energía en menos tiempo de lo que se tarda en darle cuerda.


Una primera imagen muestra un volante en buen estado y una rueda de segundos con el pivote superior bien asentado en su alojamiento.


El áncora ha perdido uno de los rubíes por lo que la rueda de escape se gira sin control y la cuerda se agota en segundos.
Se trata de una avería más propia de relojes vintage en los que la goma laca que fija los rubíes puede degradarse o ser atacada por la grasa o un limpiador demasiado agresivo,
Una manipulación brusca también puede hacer caer el rubí y la mayor preocupación debe ser que no quede en el interior de la máquina provocando otra avería con el paso del tiempo.


Afortunadamente las piezas vintage, mucho más asequibles y abundantes, facilitan la reparación.


Los Vostok tienen un suplemento que hay que colocar bajo el volante y la forma correcta de hacerlo es posicionar primero el volante, dar unas vueltas al tornillo sin que llegue al tope e introducir el suplemento levantando ligeramente el puente.

Regulación de marcha

Siempre que se toca el órgano regulador es conveniente regular la marcha para lo que es suficiente un teléfono móvil y cualquiera de las aplicaciones del tipo Clock Tuner o similar.

Regular un reloj no es una tarea difícil aunque hay que evitar técnicas que se han hecho muy populares pero que son del todo incorrectas.


Lo más habitual es que se recomiende mover la palanquita con unas pinzas, destornillador o cualquier otro objeto similar. Sin embargo esa palanca, cuyo nombre es raqueta, no debe tocarse nunca porque se somete a un desplazamiento tanto horizontal como vertical que puede acabar trabando la espiral en el registro lo que acabaría deformándola.
Este tipo de consejos totalmente erróneos provienen de los mismos expertos que animan a golpear el reloj contra la palma de la mano como sistema de reparación. Quizás por eso hay por el mundo tantos Vostok con la espiral torcida o con el áncora sin rubíes.


El lugar correcto para aplicar la fuerza es la flecha que hace de indicador en el puente del volante. Al estar más cerca del eje no se somete al volante a tensiones laterales, la espiral está protegida por el propio puente y se evitan posibles torsiones de la espiral a su paso por el registro.

Ningún reloj aunque sea ruso se arregla a base de golpes.

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