Todo indica que los primeros Seamaster Bond de finales de los 90 están aumentando su cotización entre los coleccionistas y, como ha ocurrido en otras ocasiones, pronto viviremos una burbuja de tintes especulativos.
La verdad es que estas primeras versiones con los índices de tritio, apodadas "Huevo frito", han envejecido muy bien y son las más deseadas por los coleccionistas. Sin embargo, no debemos pasar por alto que se trata de piezas con más de 20 años que, incluso con un trato adecuado, mostraran signos de envejecimiento en las partes menos robustas.
El brazalete de esta primera serie es una pieza compleja con un estándar de fabricación muy diferente al actual y con múltiples puntos débiles que conviene conocer de cara a una compra en el mercado de segunda mano.
Cada eslabón está formado por 9 partes que se fijan mediante una pasador y dos casquillos que van a alojados en la parte central.
Frecuentemente los pasadores han sufrido deformaciones por la costumbre actual de llevar el brazalete muy apretado y el reloj demasiado cerca de la mano. De esta forma se somete a los eslabones a tracción y torsión que acaba provocando holgura en todo su conjunto y especialmente más acusada en los eslabones más próximos a la caja.
En ocasiones, la combinación entre unos pasadores deformados y unos casquillos centrales con holgura hace que aquellos se salgan y el reloj se caiga al suelo.
Este problema es conocido desde las primeras series y afortunadamente tiene una solución sencilla. En primer lugar se puede intentar una reparación casera apretando ligeramente los casquillos centrales para que queden ligeramente deformados de forma que el pasador quedará sujeto de forma sólida. Otra opción es comprar tanto casquillos como pasadores (ya sean originales o no) y reemplazar los defectuosos.
Pero sin duda la parte más débil del brazalete está justo en el centro.
Justo en la parte más alejada de la caja del reloj es donde se produce un mayor efecto palanca cuando se manipula el reloj con el broche abierto, otra extendida mala costumbre. Con un brazalete largo y pesado y con un reloj también pesado, toda la fuerza se concentra en un endeble pasador.
Este problema no suele acabar en caídas pero el tacto del brazalete se nota impreciso, blando y con holgura lateral. Afortunadamente también existe un repuesto no oficial que además mejora la calidad al cambiar el pasador por tornillos.
El cierre en si mismo también suele ser una causa frecuente de problemas bien sea porque el pierde fuerza y el reloj se abre sólo o porque directamente se rompe.
El desmontaje no resulta complejo y permite acceder al resorte que suele ser la causa de problema. Si se trata de que ha perdido fuerza basta con cerrarlo un poco y, en el caso de que se haya partido, habrá que recurrir nuevamente al mercado de accesorios no oficiales.
Para volverlo a montar sólo hay que recordar que los extremos del resorte van insertados en los agujeros de los pulsadores y que engrasar ligeramente la zona es una opción muy recomendable.
Si de lo que se trata es de recuperar el aspecto estético de las superficies pulidas y cepilladas hay que tener en cuenta que un buen trabajo sólo está al alcance de una profesional especializado.
Las piezas centrales combinan cepillado y pulido en un espacio de unos milímetros y esta seña de identidad del Seamaster Bond es difícil de recuperar si no es con medios y conocimientos profesionales.
Siempre cabe la posibilidad de instalar un brazalete no original estéticamente similar cuyos eslabones están formados por 5 piezas en lugar de 9 y este mismo detalle puede ser una señal de alerta a la hora de comprar un reloj usado.
Por último, conviene recordar que para que los eslabones terminales, también llamados end links, ajusten perfectamente hay que usar pasadores más gruesos de los habitual de forma que ocupen toda la circunferencia del agujero pasante. En caso contrario el brazalete quedará suelto con una separación poco estética respecto a la caja.
El brazalete del Seamaster Bond no es especialmente agraciado ni su calidad es equiparable a la de brazaletes actuales con pasadores roscados pero es tan característico del modelo, difícil de encontrar y caro que conocer sus puntos débiles es crucial.
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