La serie Lord Matic representa la clase media de Seiko, justo por encima de los modelos más populares como los Actus o Sport y un escalón por debajo de los King Seiko con los que comparte buen número de elementos.
Nuestra unidad está muy castigada estética y funcionalmente: ha perdido el cristal facetado original que se ha sustituido por un plexi, tiene múltiples erosiones en el acero, donde apenas se distinguen las partes cepilladas y a espejo, y el brazalete tampoco es el original.
La máquina funciona pero el rotor está totalmente agarrotado por el óxido. A pesar de todos los intentos ha sido imposible separarlo de su alojamiento.
No ha quedado más remedio que desmontar el puente completo con la idea de intentar separarlo pero tampoco ha sido posible.
A pesar de todo, el sistema automático funciona pero con bastante holgura por lo que es difícil aventurar si funcionará durante mucho tiempo o si se acabará soltando con el uso.
A diferencia de los sistemas basados en la "palanca mágica" en este mecanismo el módulo de carga automática (las cuatro ruedas situadas a la izquierda de la imagen) está integrado en el movimiento por lo que no implica aumento de altura.
Se puede observar además que hay abundante óxido en una de las ruedas.
Se trata de una máquina que se mueve a 28.800 alternancias que cuenta con dos de las características consustanciales a este tipo de movimientos a los que se les supone un nivel de precisión superior a lo normal: la posibilidad de ajuste fino en el volante mediante un tornillo de micro regulación y el mecanismo de parada de segundera para una óptima sincronización.
Aunque se puede observar en la fotografía anterior, el esquema facilita aun más su comprensión: el mecanismo de parada hace tope con el extremo de la tija y cuando esta se retira para poner en hora el reloj su extremo toca el volante y lo detiene.
Es un sistema muy similar al que podemos ver en relojes suizos o rusos pero mucho más robusto.
El sistema de doble calendario es complejo de principio a fin. Está formado por múltiples partes, resortes, es complejo de montar y su funcionamiento es igualmente complejo y delicado. Por si fuera poco, aunque queramos evitar el desmontaje no es posible porque para desmontar el barrilete hay que acceder por este lado.
El sistema de pase rápido está a la derecha y es muy similar al sistema suizo más extendido: la estrella de cuatro puntas situada entre los días 7 y 8 se desplaza en dos direcciones distintas según el giro de la corona. En sentido anti horario (flecha roja) engrana con la rueda en forma de margarita y cambia el día de la semana. En sentido horario (flecha azul) impulsa el disco de los días del mes y, lo que es aún más sorprendente y un calamitoso fallo de diseño, carga la cuerda de forma manual. Teniendo en cuenta que la carga manual es muy dura (incluso Seiko la define como sistema auxiliar de carga) es inconcebible que se haga coincidir con el paso rápido de día del mes. El funcionamiento es tan pésimo que desmonté 5 veces el calendario pensando que había pasado por alto algún detalle hasta que la ficha técnica me confirmó que era así.
En el lado opuesto está el mecanismo de cambio convencional del calendario mediante el avance de las agujas: La punta de dedo (flecha roja) engrana con el disco semanario y el pico de loro (flecha azul) con el disco del día del mes. El cambio es simultaneo y de tipo instantáneo a las 0 horas.
Esta complejidad del doble calendario no se traduce en un funcionamiento optimizado si no más bien al contrario ya que la posibilidad de usar el cambio rápido se reduce a tramos horarios concretos para evitar averías.
En resumen, el cambio de día no se puede usar entre las 21 y las 4 mientras que el cambio de día de la semana no está operativo entre las 23 y las 7 aunque en esta unidad en concreto es entre las 23 y las 8.
El diagrama anterior ilustra el porqué: cuando se produce el cambio las 0 horas, el resorte que impulsa los dos discos se sitúa entre los dientes de las ruedas (flechas rojas) y si se intenta el cambio rápido los discos, inicialmente se bloquean y llegan a romperse si se insiste.
Esta es una de las razones por la que los Lord Matic están tan cotizados y no dejan de subir de precio porque sus mecanismos de calendario son canibalizados para reparar los codiciados King Seiko.
El ensañamiento ha llegado a todos los rincones y posiblemente las erosiones del bisel guardan relación con la pérdida del cristal original pero, sin duda alguna lo más sorprendente es el dial.
Si tuviera que avanzar una hipótesis diría que el relojero recibió la visita de un nieto de corta edad y para que no molestara le dejo un torno y algunas piezas de desguace para que jugara.
Ese dibujo, conocido como perlée o perlage, es el mismo que se utiliza en la decoración de los puentes en relojes de cierta calidad siguiendo un patrón geométrico.
Habiendo descartado que se trate del mismo reloj lo que está claro es que esta extraña decoración a medio camino entre el acto vandálico y la obra de arte sólo aparece en el modelo 5206-6510.
La imagen del catálogo original de 1973 tampoco contribuye a desentrañar el misterio aunque nos informa de que su precio era de 24.000 yenes, unos 80.000 yenes actuales teniendo en cuenta la inflación.
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