Escape de áncora versus escape de cilindro
Si posamos la mirada sobre los últimos cien años de relojería mecánica, comprobaremos como el escape de áncora suiza se ha convertido en hegemónico.
Sin embargo no siempre fue así y, durante un periodo de siglos, ambos tipos de escape convivieron hasta que los mejores resultados en precisión y fiabilidad del sistema suizo se acabaron imponiendo.
El escape de cilindro es, como muchas otras innovaciones, tiene su origen en Inglaterra y se usó desde su invención, a finales del siglo XVII, hasta mediados del siglo XX.
En esta última etapa, superado en prestaciones por el escape suizo, acabo instalado en relojes de bajo coste (dado que era más sencillo y económico de fabricar) lo que acabó de forma injusta y definitiva con su maltrecha reputación.
Si observamos un movimiento con este tipo de escape a simple vista apenas encontramos diferencias apreciables.
Un desmontaje parcial nos permite visualizar los elementos tradicionales en su ubicación habitual: barrilete, rueda de centro, rueda primera y rueda segunda.
En el escape de áncora suiza a continuación encontraríamos el escape fomado por la rueda de escape, el áncora y el volante.
Sin embargo, en el escape de cilindro sólo encontraremos dos elementos: la rueda e escape y el volante.
El volante parece bastante convencional aunque, los más avezados, ya habrán dado cuenta de alguna diferencia singular.
En efecto, podemos observar como la llanta tiene una prolongación situada a las tres que trabaja en combinación con el tope de limitación ubicado en el lado contrario, en la posición de las nueve.
Su finalidad es evitar que se produzca un sobregiro del volante acortando el recorrido de sus oscilaciones.
Una inspección minuciosa del volante nos permite acceder a la parte que da nombre a este tipo de escape: el cilindro o caña. Se trata de un cilindro hueco en el que se ha practicado una ventana que se abre y cierra dependiendo de cada una de las oscilaciones del volante.
Cuando el volante gira en una dirección, el diente de la rueda de escape impacta con la cara externa del cilindro y, cuando gira en dirección contraria, se introduce dentro del cilindro impactando en la cara interna,
Aunque nunca alcanzó las cotas de precisión del escape de áncora suiza, a lo largo de su historia y en manos de maestros como Breguet alcanzó un buen nivel de desempeño llegando al minuto diario de desfase.
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