La única relación con lo vintage que tiene este Addiesdive es su lejano parentesco con la serie Tuna que creó Seiko a finales de los años 60. Relojes de buceo de tamaño grande con especificaciones técnicas sobresalientes y un aspecto estético robusto y diferencial que no gusta a todo el mundo.
Addiesdive ha hecho una copia con una relación calidad precio inmejorable. Acero cepillado, inserto cerámico en el bisel, cristal de zafiro abombado, movimiento automático Seiko NH35...
El conjunto transmite solidez en todos sus componentes: la rosca de la corona, el accionamiento del bisel, la puesta en hora....
Los elementos principales no muestran fallos de alineación. Los marcadores del bisel, aro de minutos, dial y las propias agujas guardan un perfecto equilibrio en todas sus posiciones.
Además, el accionamiento del bisel de 120 clics es seguro y firme y no existen tolerancias entre una posición y otra. En este mismo sentido, la puesta en hora se realiza con gran precisión ya que las agujas responden de forma inmediata a los movimientos de la corona y permiten un juste muy fino sin moverse.
La corona muestra un grabado de buena calidad con el logo de la marca, dos fusiles de buceo cruzados bajo unas gafas, en clara referencia a la pesca submarina. Es bonito, pero, personalmente, habría preferido un mensaje más ecológico.
La imagen anterior muestra el mismo grabado en la trasera y permite apreciar como la defensa protege la delicada zona de la corona y el tubo de caja.
El uso de Super Luminova C3 arroja buenos resultados tanto en luminosidad como en duración. La combinación de colores puede resultar algo excesiva pero su efectividad es indudable.
La inclusión del logotipo de la marca en el dial no ha sido fácil lo que es habitual cuando se parte de un diseño preexistente. En cualquier posición de las agujas el nombre de la marca queda oculto pero parece que el fabricante ha preferido mantenerse fiel al diseño original de Seiko a costa de este pequeño contratiempo.
Por 85 euros, el reloj es una compra maestra. Buenos acabados, mejores mecanizados de las partes móviles, inclusión de elementos de calidad como el cristal de zafiro, la luminova C3 o el inserto cerámico del bisel e incluso un corazón Seiko cuya fama de robustez y fiabilidad no hace más que aumentar.
En esta unidad hemos encontrado una fallo importante aunque fácilmente solucionable que se muestra en la siguiente imagen.
Los pasadores son muy cortos y, aunque penetran en la caja, los muelles están al principio de su recorrido y apenas ejercen presión contra la caja. Esto ha dado lugar a que el brazalete se suelte aunque, por suerte, el reloj no ha llegado a caer al suelo. Con el peso total de reloj y brazalete el impacto habría sido muy fuerte y posiblemente se habrían producido daños importantes.
La solución ha sido poner unos pasadores más largos de forma que los muelles hagan más presión y el brazalete quede unido firmemente a la caja.
Lo más sorprendente de todo es que, siendo un reloj grande, no se trata de una pieza mastodóntica. Los 47mm de la base se convierten en 40mm en el bisel y 43mm de distancia entre asas lo que hace que el reloj luzca bien en muñecas pequeñas. También se puede llevar con camisas de manga larga ya que, aunque la altura en el centro del cristal es de 14,7mm, la altura de la defensa, que es lo que realmente sobresale cuando se lleva el reloj puesto, es de tan sólo 10,3mm.
No sólo de relojes vintage vive el aficionado a la relojería y de vez en cuando apetece refrescar la colección con piezas nuevas.
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