Reparación de una espiral torcida

La reparación de la espiral es uno de los problemas más difíciles de acometer para un aficionado y hace falta práctica y conocer los fundamentos de su funcionamiento para tener posibilidades de éxito. Aún contando con la suerte, es muy difícil conseguir que la espiral vuelva a ser 100% funcional por lo que lo ideal es minimizar las posibilidades de que pueda sufrir una avería evitando tocarla de forma reiterada o, al menos hacerlo de forma adecuada.

La imagen anterior muestra una espiral en muy mal estado como consecuencia de una manipulación inadecuada que es la principal causa de avería de esta parte tan delicada.

Es frecuente que algunos aficionados, llevados por la obsesión de conseguir parámetros de precisión alejados de las propias especificaciones técnicas, manipulen de forma reiterada la raqueta del volante. Al principio estas manipulaciones se suelen hacer con sumo cuidado pero, poco a poco, se pierde el miedo inicial y la manipulación se vuelve más descuidada: se prescinde de la lupa, se llevan a cabo movimientos bruscos o demasiado amplios y el resultado es similar a este.


Un factor de riesgo poco conocido y que favorece los accidentes es manipular la raqueta con el volante en movimiento. La razón es que, con el volante en funcionamiento, la espiral "no Breguet", que es la más habitual en la actualidad, sufre deformaciones asimétricas que la hacen más vulnerable a los movimientos de la raqueta.

Eso es lo que ha ocurrido en el caso que ilustran las imágenes.

Al coincidir el momento de máxima deformación de la espiral con el movimiento de la raqueta la espiral queda aprisionada en el registro de forma que, en vez de deslizarse, se doblará o se estirará dependiendo del sentido en que se empuje la raqueta. 


Si la raqueta se acerca al pitón, como es el caso, la espiral se doblará y si se aleja de este se estirará. 



Afortunadamente, la deformación entre la raqueta y el pitón es uno de los casos más fáciles de solucionar porque existen dos puntos de anclaje de la espiral y su manipulación es más sencilla.

Si el problema sólo afecta a la forma de las espiras es posible conseguir un resultado aceptable. 


Si además se ha visto afectada la planimetría, es decir, que la espiral ya no es perfectamente paralela a cada uno de sus extremos superior e inferior, la reparación es mucho más complicada y las posibilidades de éxito se reducen de forma drástica.



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