De Suiza a India
La West End Watch es una antiquísima marca Suiza fundada a finales del siglo XIX que, de forma casi simultánea, se extendió a India.
Gran parte de su éxito se debió a que incorporó de forma temprana importantes adelantos adaptados a as exigencias locales como fueron los movimientos equipados con protección contra golpes dentro de cajas impermeables.
No es una manufactura en sentido estricto ya que no diseña y fabrica cada componente del reloj. Así, por ejemplo, las cajas eran obra de Taubert y los movimientos de diferentes factorías suizas como Unitas, FHF, etc.
De Afganistán a España
La unidad que vamos a revisar proviene de Afganistán lo que no es nada raro ya que la marca alcanzó una gran difusión por toda Asia,
El reloj funciona pero a simple vista ya se detectan algunos problemas como que la corona está suelta y el dial girado lo que suele indicar que la tija está rota. Además, las agujas carecen de material luminiscente y están algo deformadas.
Al menos, parece que conserva todas sus partes originales, incluyendo el brazalete tipo Bambú, y el número de serie de la caja coincide con el de la tapa cosa que no afectará a su funcionamiento pero si a su valor coleccionable.
Se trata de una reloj de unos 34mm. de diámetro lo que resulta pequeño para los estándares actuales pero que llegó a formar parte de la dotación de algunas unidades militares. De hecho, la denominación Sowar se puede traducir como jinete.
La caja Taubert
La West empezó a utilizar la caja diseñada por Bernard Taubert en los años 30 y desde entonces no ha dejado de hacerlo.
Se trata de una caja de acero inoxidable con tapa roscada decagonal que se completa con un sello de plomo en el interior de la caja.
En la imagen superior puede verse la junta de plomo cuya longevidad parece superar con creces a la del caucho.
Además la segunda tapa, conocida como escudo antimagnético, protege al reloj de la magnetización y del polvo y asegura un encaje sólido en el interior de la caja.
Por otro lado, la corona incorpora un sello de corcho y está parcialmente embutida en la caja para evitar golpes y roturas accidentales.
En este caso se trata de un pequeño movimiento suizo de 20mm. de diámetro, el FHF 372, obra de la Fabrica de Relojes de Fontainemelon en los años 70.
Se trata de un movimiento de diseño y concepción modernos que se mueve a 21.600 alternancias por hora con una reserva de marcha de 41 horas.
El volante incorpora el sistema de protección contra golpes más conocido de la época, el Incabloc que era, junto con la caja impermeable, los dos requisitos necesarios para que los relojes pudieran llevar en la esfera la palabra Prima.
Reparaciones y ajustes
Como anunciábamos al principio la tija está rota y será necesario repararla o buscar un repuesto.
En la imagen anterior se pueden ver los dos trozos de la tija junto con un prolongador que es la pieza que se usa para reparar la tija sin tener que comprar una nueva.
En este caso, el trozo final de la tija apenas conserva un par de hilos de rosca y es posible que la unión quede demasiado frágil pero habida cuenta de que el coste de un prolongador es de tan sólo unos céntimos siempre hay que intentarlo.
La ventaja en este caso, es que el reloj carga cuerda girando la corona en sentido horario de tal forma que cada vez que se le de cuerda, de forma simultánea, se estará asegurando la rosca.
Las agujas han sufrido deformación y han perdido todo el material luminiscente que, por la época, bien pudiera ser tritio.
Habrá que llevar a cabo un proceso conocido en el argot como "relumear" que consiste en volver a rellenar las agujas de material luminiscente. No se trata tanto de que las agujas recuperen la luminiscencia en la oscuridad como de que su aspecto coincida con el resto de material lumínico que el reloj conserva en el dial. Si pusiéramos pasta luminiscente de color blanco o verde fluorescente el conjunto estético sería claramente incongruente.
Para ello, las agujas se colocan del revés en un soporte adecuado y se elabora una mezcla con luminova y adhesivo al que se le añada un colorante para imitar el color que el reloj conserve en la esfera. El colorante puede ser té, café o cualquier otro líquido dependiendo del color que busquemos.
Mientras las agujas se secan el reloj ha sido desmontado para limpiarlo y aceitarlo porque, aunque su aspecto estético era bueno, el funcionamiento no era correcto.
Como comentábamos, no hay restos de oxido ni suciedad aparente pero su funcionamiento después de la revisión será mucho mejor aumentando la precisión y la reserva de marcha.
El movimiento está muy bien construido lo que facilita mucho la tarea de montaje y tiene detalles que evidencian que el fabricante ha pensado en facilitar las revisiones posteriores como por ejemplo que los 5 tornillos de la parte superior sean todos iguales e intercambiables entre sí.
El "jinete" cabalga de nuevo. Ha recuperado su funcionalidad mediante la reparación de la tija y muestra un renovado aspecto gracias a la recuperación de las agujas en las que se ha primado encontrar un color lo más parecido posible al de los números de la esfera.
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